la madrugada
del tercer día,
van al sepulcro
llevando aromas
para el difunto.
Un leve exceso:
¡sólo unas horas
tras el entierro!
Un poco “locas”:
¿Quién correría
la gruesa losa?
Pero, al llegar,
ven el sepulcro
de par en par.
Un ángel blanco
les da la nueva:
¡Resucitado!
En Galilea
le podrán ver,
y les espera.
Muertas de miedo,
las tres mujeres
salen corriendo.
Llenas de gozo,
a los discípulos
les cuentan todo.
Ellos no creen
lo que les cuentan:
¡Al fin, mujeres!
Pedro y Juan corren
entre gozosos
y entre escamones.
Todo es muy cierto.
Y, al ser varones,
se da por bueno.
* * *
Las tres mujeres
son las primeras
y las más fieles.
Ellos las siguen,
siempre los últimos
en decidirse.
Luego las dejan
a retaguardia
o en la reserva.
Santas Marías,
a todas horas,
todos los días.
Mujeres santas,
junto a la cruz,
junto a la Pascua.