José Madinabeitia y Toribio Echevarria (I)

 

           José Madinabeitia Ortiz de Zárate (Oñate,1870 – Bilbao, 1923), de familia numerosa y acomodada, hermano del famos gastrologo Juan y de tres religiosas, dejó, junto a su amigo Tomás Meabe, su militancia en el bizkaitarrismo de Arana, y perdió su clientela y hasta su mujer al pasar al socialismo, dedicándose a la medicina de la beneficencia por los pueblos de la Ría y a la propaganda socialista de palabra y por escrito. Durante breve tiempo ingresó, junto con Meabe, en la masoneria en una logia de Bilbao. Más tarde, recaló en Eibar, donde fue capital su trabajo en el campo de la cultura y de la acción social. Fue socio activo en la Sociedad de Estudios Vascos, tras su fundación. Al final de su vida, volvió al catolicismo. Su entierro con carácter religioso, al que acudió toda clase de la sociedad bilbaína y vasca, dio motivo a una larga y acerba polémica.

Nadie como él, entre los socialistas guipuzcoanos, llegó tan lejos en lo que a la cuestion social respecta. En un célebre artículo, Los Estados Unidos, publicado en el diario El Liberal bilbaino, el 7 de noviembre de 1918, y, en  dos conferencias durante ese año en Eibar y San Sebastián, calificó a Euskadi como nación, por su lengua, su raza –Los vascos no es posible que renunciemos a nuestra raza-, sus instituciones y sus costumbres; afirmación que refrendaban, según su autor, desde Mommsem hasta Reclús. Y propugnó su calidad de Estado federado vasco dentro del Estado federal ibérico. Defendió  también los Estados Unidos de Europa, a partir de la Liga de las Naciones, recién fundada, y los Estados Unidos del mundo, con un ejército universal para proteger y defender los derechos humanos por doquier.

Toda su concepción autonómica se basaba, siguiendo a Pi Margall y al federalismo español, en la autonomía individual y, secundariamente, en la autonomía municipal. Los socialistas, según él, eran nacionales e internacionalistas. El socialismo -escribió– implica las nacionalidades porque estas las ha creado la Naturaleza. El nacionalismo socialista no es agresivo ni imperialista y solo trata de que haya paz entre las distintas nacionalidades.

Se distinguía, además, de los nacionalistas vascos, en que, a diferencia de ellos, afirmaba que los territorios vascos se habían unido libremente a Castilla, siguiendo con ella un largo periplo histórico y sellando una densa y sólida relación. De hecho, la cultura de los vascos es la castellana, porque nosotros éramos un pueblo primitivo. En la conferencia de 9 de noviembre en Eibar, llegó a decir: Nosotros no tenemos más cultura que la cultura hispana, la que nos ha prestado Castilla, Andalucía, Aragón Según Madinabeitia, el pueblo vasco no tiene batallas fantásticas, ni fue un pueblo conquistador, sino conquistado, y no tiene historia: el pueblo que vive honestamente no tiene historia ni la necesita.