Tus ojos magistrales me leyeron
los verdes alfabetos de la vida.
De tu frente espaciosa me llegaron
pensamientos tan bellos como flores.
Y tus manos me dieron generosas
los dones más preciados de este mundo.
Tus ojos magistrales me leyeron
los verdes alfabetos de la vida.
De tu frente espaciosa me llegaron
pensamientos tan bellos como flores.
Y tus manos me dieron generosas
los dones más preciados de este mundo.