El partido antes que la nación

Volvemos a la falta de pedagogía, a la falta de comunicación del partido en el Gobierno, a la falta de sentido común. El ministro De Guindos -no es ocasión propicia para bromas etimológicas-, angustiado y todo, y con el agua al cuello, hace, estos días, de todo: de secretario general, de presidente del Gobierno, de jefe de Estado… Porque quien debería estar en comunicación constante con los españoles no está, no sabe, no contesta. Está tal vez en las clausuras de los congresos de sus partidos, junto a los suyos ¿Sólo se sale y se exhibe a las horas del postre, cuando hay algo alegre que decir, y no en momentos angustiosos como éste? ¡Qué sentido, meramente espectacular, de la política!