Cantoni frente a Weber

 

        Nos lo cuenta en EP Xavier Vida-Folch a propósito de unas palabras desdeñosas y zafias para con los países del Sur, del presidente del Eurogrupo, el ministro y comisario socialista holandés, Jeroen Dijsselbloem, reprobado por el Parlamento Europeo y por varios Gobiernos de la UE. Quiso excusarse, tarde y mal, y todavía lo puso peor: Puede explicarse lo dicho desde una cultura holandesa, calvinista estricta, dicen que dijo. Es decir, por aquello de la predestinación positiva o negativa del hombre por Dios y la autoconfirmación de esa eleción por el hombre religioso a través de un trabajo profesional productivo. Aparte de que la religión calvinista no es desde hace tiempo la primera de Holanda y que la teoría de Max Weber no era admitida ya por muchos. un economista italo-norteamericano, Davide Cantoni, ha hecho pasar tan renombrada teoría -la supremacía de la Europa protestante sobre la católica- por la prueba de la empiria estadística y la ha desmoronado. Al  menos en lo que a Alemania atañe. Cantoni ha estudiado el comportamiento de 272 ciudades germanas, protestantes y católicas, de población superior a 5.000 habitantes, desde 1300 a 1900: aumento de habitantes, proporción de estudiantes/maestros, capital acumulado, actividad económica, calidad de viviendas… Y no ha encontrado diferencia alguna entre el desarrollo de las zonas católicas y de las protestantes. Las unas podían ser tan cosmopolitas y abiertas como las otras. Asi que al deslenguado e imprudente ministro holandés le ha salido poco rentable -poco calvinista- su improperio. Y a Max Weber, el paradigma  de la sociología europea del siglo XIX-XX se le ha caído uno de sus famosos principios y casi dogmas de sociología comparada.