Calignometrías de Koldo Sebastián

 

       En el  suntuoso palacio, entre renacentista y barroco, de los Condes de Argillo, donde está instalado en Zaragoza el Museo del gran escultor Pablo Gargallo, hemos visitado la Exposición de nuestro amigo, el exquisito artista Koldo Sebastián del Cerro: “Calignometrías [las medidas del ángulo hermoso, o perfecto]. La  tensión del equilibrio“- Más allá de la explicación técnica de las pinturas y esculturas de este pintor, escultor y pedagogo navarro, que podemos leer en el Tríptico de la Exposición, y que puede llegarnos desde la Red, me interesa conocer de cerca el espíritu que guía toda esta obra admirable, ascética en sus colores, exigente en su rigor, neta en su pureza. ¿Qué quiere decir, qué no quiere expresar, qué podemos decir que no se oponga a su más íntimo impulso? Afortunadamente el autor ha usado esta vez para guiarnos por sus insondables laberintos  la forma del poema en prosa, que es el habla de la  razón calculadora y discurseadora menos ajena al “otro” lenguaje, el del arte, y con sus mejores términos clarificadores nos ha acercado a las “razones del corazón” , que la sola razón no conoce:

¿Cuál es la medida del ángulo perfecto?

Aquélla donde habita la afectación nula,
la indiferencia del nadie ante la nada,
el éxtasis vacuo y atemporal
del quién desatribuído ante el qué sin cualidades.

Aquélla que acoge la sabiduría del no saber,
el horizonte del no desear,
la soberanía del no tener,
la disciplina del no  deber,
la omnipotencia del no poder,
el hallazgo del no buscar,
la eternidad del no vivir.

Aquélla donde residen todas las ausencias
y la plenitud inefable de la contemplación anonadada.

Aquélla en la que se deposita la inconmensurable
presencia del ser que es, al no ser nada…

Aquélla es la Calignometría.