ANV (Acción Nacionalista Vasca)

Una de las graves deficiencias de los políticos españoles es su ignorancia de nuestra propia historia. Durante meses nos estuvieron diciendo que ANV, un partido artificial recompuesto a todo correr y a la desesperada por Batasuna, era un partido democrático, que rechazaba la violencia, y cosas de este jaez. Ahora, cuando su actividad está prohibida por un juez de la Audiencia Nacional y en vías tal vez de ser ilegalizado por el Tribunal Supremo, se atreven a publicar alguna cosa sobre él. Pues, sí, la ANV de la República sólo tiene en común el nombre y la bandera con la ANV actual. Sus primitivos fundadores, en 1930, escindidos de la Comunión Nacionalista Vasca, a la hora de conflluir ésta en el PNV reunificado, eran mayormente profesionales liberales, autonomistas vascos templados, católicos no confesionales ni anticlericales. El pequeño partido que se formó  se alió en ocasiones con el Bloque republicano-socialista y tuvieron alguna representación municipal, sobre todo en Bilbao y Baracaldo. Tras el fracaso del Estatuto Vasco en los dos primeros bienios republicanos, ANV fue tomando un cariz más extremista, y se convirtió en un partido socialista no marxista e independentista vasco, que abandonaron entonces la mayoría de sus fundadores. Entró a formar parte del Frente Popular en 1936, participó en uno de los gobiernos de República durante la guerra civil, en 1938, y en el gobierno autonómico de Euskadi,dos años antes, y en ellos continuó durante todo el exilio. Acción Nacionalista Vasca, partido mínimo por esas fechas, fue uno de los integrantes de la coalición Herri Batasuna (depués, Batasuna), creada en 1978. Hoy, tras separarse hábilmente de su matriz poco antes de su ilegalización, casi reducido a la nada, ha prestado a la ahora llamada Izquierda Abertzale su vieja sigla histórica, dos o tres caras públicas y una retórica demagógica y falsa, que no engaña a nadie.