Archivo por meses: abril 2014

Domingo de Resurrección

 

Hombre perfecto, padeció la muerte.
Nadie pudo librarle de su suerte.

Siguió un hecho metahistórico y cierto:
Dios le levantó de entre los muertos.

Se cumplió el vaticinio de Joel
y la lúcida visión de Ezequiel.

El Padre al Hijo le exaltó a la gloria,
añadiéndole el peso de la historia.

Una historia tan seriamente humana,
que a Dios y al hombre para siempre hermana.

Demos cuerda de gozo al corazón,
porque ya es nuestra la resurrección.

 

Sábado Santo

 

Eugène Ionesco, el grande dramaturgo
rumano-francés,

maestro del teatro del absurdo,
un día antes de morir,

escribió en su diario sólo esta línea:
Rezar. No sé a quién.
Espero a Jesucristo.

 

Viernes Santo

 

¿A dónde vas, oh sol, con tus planetas?
-escribió Jean Paul en su Sueño terrrorífico-.
No hallarás ningún Dios en tu exacta travesía.
Su ojo reverberante
no es ya más
que una órbita negra y cavernosa.

Dios ha muerto. El cielo está vacío
-Gérard de Nerval lo confirmó-.
Hijos, llorad haber perdido a vuestro Padre.

Seguía el cielo negro
y Dios no respondía,

según Vigny, en su hermoso poema
El monte de los olivos.

André Bretón
tenía la respuesta:

El más allá, y todo el más allá
está en esta vida.

Paul Valery rechaza hasta los sueños.
Perdió Pascal un tiempo importantísimo
ocupándose de Dios y no del álgebra,
pues la Nada enseñorea el universo.

Viejo y maligno muñeco
-Mallarmé
lo vio,
regocijado-,
abatido al fin.

El Orestes de Sartre,
heredero de Nietzsche,
no cree ya en Júpiterl Supremo
como rey de los hombres.
Y su autor ni siquiera
como rey de las piedras,
las estrellas y las islas del mar.

Beckett, en cambio,
junto a muchos otros hombres,
no desesperados,

espera,espera, espera
siempre a Godot.

Y Kafka, el profeta adelantado
de los tiempos actuales,
sabe que existe el juez,
infinito y lejano,
la belleza absoluta que es justicia:
Si con palabra justa se le invoca,
con nombre verdadero,
él entonces se acerca hasta nosotros.

 

 

 

Jueves Santo

 

               Pan y Vino

  –Tomad, éste es mi cuerpo. (…)
  -Ésta es mi sangre de la alianza

(Mc 14, 22-23)

Jesús
no está
ni en el vino
ni en el pan.
Él es
el mismo vino
y el mismo pan,
divino
y corporal,
partido,
repartido,
compartido
entre los hombres,
reunidos
en su nombre.

Pan y vino
integral.
Sustento
elemental
y fuerte
fundamento
espiritual
de nuestras vidas
redimidas
por su vida  y su muerte
sacrificial.

Fracción
del
pan :
-cuerpo roto, sangre derramada-

fiesta mancomunada,
trascendental.
Él es.
No sólo está.

Los nuevos samaritanos

 

        José Luis Palacio escribe en VN un apasionante reportaje sobre  Los nuevos samaritanos en la España de los recortes, el paro, la exclusión social y la desigualdad creciente. Así la doctora Mónica Fuster, religiosa de los SS. CC., pasa consulta de atención primaria en el barrio de Lavapiés (Madrid), donde casi todas las personas sin tarjeta sanitaria son atendidas, porque las consideran dentro de los supuestos previstos por la ley o se interpre an las normas de modo amplio y generoso. La plataforma Yo, sin sanidad universal organiza brigadas de voluntarios que acompañan y guían a los inmigrantes, a los que se les niegan ciertas prestaciones, por el laberinto de la Administración. La Sociedad de San Vicente de Paúl -Gonzalo Gracia, Carmen Muñoz…- ha puesto en marcha un servicio de información y orientación a esos mismos inmigrantes. Muchos profesionales, entre ellos cristianos como Javier Barbero, psicólogo clínico en el hospital de la Paz, de Madrid, y de larga experiencia con los religiosos camilos, reconoce, muy crítico con el Gobierno, que hay cristianos que han hecho objeción de conciencia a los reglamentos e instrucciones, atendiendo a personas sin tarjeta sanitaria, porque hay motivos de sobra para ello. Los responsables públicos hacen la vista gorda por ahora en la mayoría de los casos, pero eso no es la solución deseada, confiesa, porque no tienen economía suficiente y no pueden prestar servicios indefinidamente sin pasar factura a la Administración. Pero su fe les exige misericordia y no pueden mirar a otro lado, cuando sufren los más vulnerables. El director del Departamento de Pastoral de la Salud, de la Conferencia Episcopal Española, Jesús Martínez Carracedo, se  pregunta si no habrá que distinguir entre inmigrantes ricos, destinatarios del llamado “turismo sanitario”, e inmigrantes pobres y sin papeles, que sólo se acercan a una institución sanitaria cuando no tienen otro remedio, y recuerda la doctrina de los obipos españoles desde 1986 sobre la atención que se les niega ahora con una visión cortoplacista a quienes aportan también al sistema, al menos, sus impuestos indirectos, gastos de copago y otros gastos. ¿Es legal -se pregunta- criminalizar a estos profesionales o a la institución que se salta la ley frente a un deber de justicia con el necesitado?. Y ahí está el dispensario de San Agustín, que regenta la parroquia del mismo nombre, a cargo de los  padres capuchinos, que lleva cerca de medio siglo en el barrio de Cuatro Caminos, con 25 voluntarios entre médicos y especialistas, al servicio gratuito a inmigrantes, aun antes de que existiera la Seguridad Social como la que hoy existe. Hasta el SAMUR le lleva pacientes que necesitan medicación. Sor Olvido y Sor Guadalupe, religiosas veteranas, que trabajaron antes en países lejanos, los recuerdan ahora en el barrio madrileño. Las filas de los pacientes que esperan son más prietas que nunca, pero también lo son las de los voluntarios, algunos de primera categoría profesional. Los Nuevos Samaritanos.- Hoy aparece en la prensa navarra la noticia de que el Tribunal Constitucional, por una vez,  ha levantado la suspensión sobre la ley navarra de asistencia sanitaria gratuita, recurrida por el Gobierno de la Nación. Una norma que reconoce el derecho a esta asistencia a los que residan en Navarra, sin límite de tiempo e independientemente de su situación legal. El Tribunal levanta la suspensión, decidida en diciembre pasado, por no haberse probado por el abogado del Estado que ello conlleve un perjuicio económico,  y porque el derecho a la salud y a la integración física de las personas afectadas y la conveniencia de evitar riesgos para la salud del conjunto de la sociedad poseen una importancia singular en el marco constitucional.

Cristianos defienden a musulmanes

 

      Por salvar de una muerte segura en sus templos y locales a varios cientos de musulmanes -partidarios del derrrocado Gobierno anterior, presidido por un musulmán-, acosados y perseguidos por grupos rivales armados, varios sacerdotes católicos, la mayoría indígenas, se jugaron recientemente la vida en la República Centroafricana, donde los musulmanes son tan sólo el 15 por ciento de la población. Y se la jugaron, exponiendo sus cuerpos delante de los agresores, hasta conseguir que los perseguidos fueran entregados a las fuerzas de la ONU, que patrullaban por la capital, Bangui.  Algunos de esos musulmanes, protegidos ahora por responsables cristianos, habían pillado, incendiado y destruido recientemente templos de comunidades cristianas, cuando tenían el Gobierno del país en sus manos. En esa misma capital, las quince parroquias cristianas y algunas comunidades religiosas han llegado a albergar a 300.000 personas desplazadas, que huían del enemigo dispuesto a todo. Sacerdotes diocesanos, combonianos, jesuitas, carmelitas…, amenazados por unos y por otros, en determinados momentos, han demostrado coraje, habilidad y temple sereno para salvar, de un modo u otro, todas esas vidas, llegando a proteger tan sólo en el monasterio de las Bienaventuranzas a 70.000 personas durante los pasados meses de enero y febrero. El arzobispo católico acogió en su vivienda desde el mes de diciembre, en lo más álgido de la crisis política, al imán de la ciudad. Los dos actuaron como auténticos heraldos de la paz mutua y de la paz entre todos.- A uno le alegra y le “enorgullece” contemplar esta ejemplar actuación cristiana, que no es la única, ni mucho menos, en el atormentado continente africano. Y le gustaría poder leer dentro de poco alguna actuación similar de musulmanes -que, sin duda, la habrá- salvando o intentando salvar vidas de cristianos, amenazados, acosados y perseguidos frecueentemente hasta la muerte, en países de mayoría islamista.

Misioneros, militares y periodistas

 

        La institución Ayuda a la Iglesia necesitada (AIN) organizó recientemente una mesa redonda en Toledo para divulgar el trabajo conjunto que misioneros, militares en misiones de paz –137.000 españoles desde 1989-  y medios de comunicación (las tres “emes”) llevan a cabo en las zonas más conflictivas del mundo.  Soldados, misioneros y periodistas colaboran en esos puntos de riesgo, cada uno a su modo y medida, en dar acogida a los perseguidos; repartir alimentos; defender y cuidar a los heridos, enfermos y refugiados; informar a los responsables…, para hablar sólo de las urgencias mayores. Hoy, los soldados españoles son 1.500, repartidos por Líbano, Afganistán, Bosnia, Yibuti, Somalia y Uganda, países de frontera entre el terror y la guerra, donde militares, misioneros -con presencia constante sobre el terreno- y periodistas ya no plantan imperios ni colonias, como en tiempos no muy lejanos, sino defienden los derechos más elementales del hombre, comenzando por el de la vida, y principios tan actuales como el de la justicia universal. Principio éste último, del que el Gobierno español, siguiendo la pauta de otros países europeos, acaba de avergonzarse oficialmente en el ámbito judicial, debido a la presión de países poderosos y, en este caso, de la gigantesca dictadura china.

Domingo de Ramos

 

Él es el rey de Israel.
No hay ninguno como él .

Salgamos
con palmas y ramos.

Montado en una borrica
y una comitiva atípica.

Salgamos
con palmas y ramos.

Frente a reyes cortesanos,
judíos como romanos.

Salgamos
con palmas y ramos

Rey de justicia y verdad,
portadoras de la paz.

Salgamos
con palmas y ramos.

Salgamos a acompañarle,
que quieren eliminarle.

Salgamos
con palmas y ramos.

Salgamos.

Cristianos o árabes

 

        La reciente iniciativa del Parlamento israelí sobre igualdad laboral de los ciudadanos israelíes parece ser el inicio de una futura distinción entre los árabes de Israel según su confesión religiosa. Para la jerarquía católica de Palestina es una distinción injusta que va contra la historia, porque después de trece siglos los cristianos árabes que viven en Israel se sienten árabes y los mismos musulmanes los consideran como tales. Va contra la voluntad de la mayoría de esos cristianos, que no quieren  ser una minoría dentro de otra minoría, como son los árabes entre los israelíes. Se trata de una iniciativa que probablemente prepara el alistamiento obligatorio de los cristianos -los pocos que ya quedan en Israel- en el ejército israelí, donde los árabes, en su gran mayoría musulmanes, no tienen cabida por razones obvias. La OLP ha rechazado la iniciativa, por entender que es un intento censurable de dividir al pueblo palestino de Israel en base a la religión. Pero, digámoslo todo, no faltan en la actualidadd árabes cristianos -unos 300- que han ingresado voluntariamente en el ejército y han sido admitidos con gran satisfacción de los mandos militares israelíes. Que una cosa es la teoría y sus posibles, aviesas, intenciones, y otra la realidad.

Quienquiera y Ninguno

 

          Lo ha recordado el cultísimo cardenal Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, recientemente investido doctor honoris causa por la universidad de Deusto. Cuando escribía en el diario católico itlaliano Avvenire, un lector anónimo le envió un texto, sin autor conocido, que había leído en la pared de una oficina pública: Esta es la historia de cuatro personas: Quienquiera, Alguno, Cualquiera y Ninguno. Había un trabajo que hacer y Quienquiera estaba seguro de que Alguno lo haría. Cualquiera podìa haberlo hecho, pero Ninguno lo hizo. Resultó que Cualquiera acusó a Alguno porque Ninguno había hecho lo que Quienquiera habría podido hacer. La historia de muchas personas, de millones de personas, reducidas a una.