Archivo por meses: diciembre 2011

El año del con-su-mismo

Me parece el mejor chiste del año, y me lo envía un amigo internauta. Y es que para el españolito medio, este será el año del consumismo: seguirá con su mismo traje, su mismo coche, su mismo techo, su mismo lecho… Y, con mucha suerte, con su mismo trabajo y su mismo sueldo (salvo re-ducciones, re-cortes y re-bajas: sonata en RE mayor). El humor siempre está por encima del optimismo y del pesimismo.

Hacia la unión económica

Lo cierto es que, con todas las críticas que se quiera, tenemos por fin un proyecto europeo de unión económica, que no sólo hace más segura y más estable la unión monetaria, sino que va mucho más allá. Tienen razón los comentaristas al subrayar que se ha acabado, por fin, el chantaje del veto de un solo socio (Gran Breteña) y con ello la parálisis del conjunto. Y que  tenemos ahora una eurozona mucho más amplia, grupo de vanguardia, núcleo duro, como siempre hemos deseado los europeístas, partidarios de las cooperaciones reforzadas y de la cooperaciones estructuradas, y no porque queramos dividir Europa en dos, la de las dos velocidades, sino porque esas dos Europas ya existen en la realidad, y es necesario avanzar y no retroceder, y no quedarnos retenidos por los que quieren menos Europa, sino más Europa, más democracia, menos soberanía nacional (¿qué soberanía  es ésa?) y más unión  europea. Se acabó del todo el espíritu de la EFTA, aquella Asociación de Libre Comercio, que en 1959 creó el Reino Unido para competir con la UEE. Es la hora de una mayor integración fiscal, prevista  en el Tratado de  Maastricht, pero sólo reducida a la mera disciplina presupuestaria. Es la hora de un nuevo Tratado, del que sólo GB se ha excluido. Todo un éxito. Aunque queden todavía, para consuelo y empleo de los pesimistas y euroescépticos (no sólo del euro), otros problemas menores que resolver.

Los 27 y los 17

Tiene razón que le sobra Jean Claude Piris,  ex máximo responsable juridico del Consejo Europeo durante más de veinte años, cuando afirma que la UE funciona mal porque tiene que funcionar con 27 (no “a 27”) -y pronto con 28- con un sistema institucional creado por y para 6. Y que ahora vemos que nos precipitamos en la última ampliación de 2004 con 10 Estados nuevos, sin suficiente preparación. Que tenemos una moneda común para 17 Estados, una política monetaria común, y que algunos países quieren avanzar, quieren compartir más cosas, y otros no. Que las dos velocidades ya existen, y no es moral o inmoral, político o antipolítico, crearlas ahora. Que fue une error -demasiados errores, ¿de quién, de quiénes?-  hacer una Comisión tan grande con representantes de todos los Estados, que no pueden ser independientes. Y que no puede ser que que un Parlamento con diputados de 27 Estados y una Comisión con miembros de los 27 regulen problemas que sólo afectan a 17.- Vamos a ver qué nos dicen esta vez en la cumbre de Bruselas. Seguro que no van a ir tan lejos como Piris.

Inmaculada

Como libre de mancha,
la más donosa.

Como forma del Verbo,
la más “formosa”.

Como llena de gracia,
la más graciosa.

Como madre de Dios,
la más gloriosa.

Fiesta
            gozosa.

La Iglesia y las Cortes de Cádiz

Me alegra la noticia de que la Iglesia estará presente en la celebración del bicentenario de las Cortes de Cádiz, según anunció a tiempo en una pastoral el obispo anterior de la diócesis, según acabo de enterarme tardíamente, como se ve. El prelado dice sentirse orgulloso, y con razón, de la aportación de relevantes eclesiásticos en aquella asamblea -algunos de entre los mejores- y de medios materiales -edificios, bibliotecas, objetos de valor-, así como de su fe y de la visión cristiana de la vida, según las maneras de su tiempo, lo que quedó reflejado en la Constitución.Y   enumera una serie de proyectos que se pondrán en pie: simposios, jornadas, exposiciones, y hasta el Te Deum de 1812, que se escuchó el mismo día de la promiugación del texto constitucional. Una hermosa noticia.

El demonio de la soberbia

Tras gloriarse de haber puesto el pie y hasta el zapato por encima de los enemigos de la República, que para él era sólo de los republicanos, Manuel Azaña, en su respuesta parlamentaria a Lerroux, fracasado presidente del Consejo, el 3 de octubre de 1933, quiere dejar claro a su actual adversario político, antiguo colega en el Gobierno, que ni él ni nadie le estorba en la vida política, ni en la vida sin más. Y aduce un argumento apodíctico: Tengo del demonio la soberbia, y a un hombre soberbio nadie le estorba“. Todo un proverbio, un aforismo, una sentencia. Podríamos añadir que él,  en cambio, estorba o puede estorbar  a todo el mundo. Es claro: cuanto más soberbio es el hombre, menos cree depender de los demás, y por tanto menos cree que los demás le estorben o le dejen de estorbar.

Bruselas como remedio

Llegan por fin, después de casi dos años, buenas noticias desde Bélgica: va a haber un Gobierno entre partidos flamencos y valones. Pero no están todos. Desde  el  reciente y continuo  descenso del eterno partido mayoritario flamenco, el cristiano demócrata y flamenco, muchos de sus afiliados y otros  muchos  del partido liberal y del partido socialista de Flandes han ido a engrosar tres partidos independentistas, con un 44% de los votos en  aquella próspera región federada, que no van a participar en el nuevo y esperado Gobierno. Lo que volverá a crear nuevas tensiones y sobresaltos. Pero a los amigos de Bélgica y de sus tres regiones, nos queda al menos una cierta seguridad. Además de la monarquía, que sigue siendo una buen vínculo de unión, está  por encima de todo Bruselas, la capital histórica de Flandes, en territorio flamenco; rica y poderosa metrópoli internacional; región federada con un gobierno y parlamento propios, y, sobre todo,  capital de la Unión Europea. Aunque sus habitantes sean francófonos en un 90%, los genuinos flamencos no querrán perderla. Si la perdieran, Bruselas viviría por sí misma o se vincularía a Valonia (quién sabe si, después, a Francia). Nos queda ese último remedio. Triste, pero remedio.

El patrono de Navarra

La hermosa y concurrida iglesia de los jesuitas -Santa María la  Mayor-, la del viejo Colegio Maayor en Alcalá de Henares, hoy convertido en facultad de Derecho, en cuyos muros exteriores se recuerdan los grandes juristas españoles, desde Alfonso X a Tomás y Valiente, es un buen sitio para celebrar al Patrono de Navarra y de las Misiones católicas, el jesuita san Francisco de Javier. Pero, esta mañana fresca y soleada, prefiero la capilla del viejo hospital de Antezana, fundado en 1483 por Luis de Antezana. Su función hospitalaria siempre se ha conservado hasta hoy, convertido ahora en una residencia de ancianos. Su bello patio popular, de estilo mudéjar, es lugar de visita obligada. en la ciudad complutense. Según la tradición, en este hospital trabajó como cirujano sangrador don Rodrigo de Cervantes, padre de Miguel. Lo sí cierto es que aquí trabajó y vivió, en suma pobreza y dedicado al servicio de los enfermos más pobres y abandonados, como fue costumbre en los primeros jesuitas, Ignacio de Loyola, padre y maestro entrañable de Francisco de Javier, que desde su entrega total a Dios y hasta el fin de su vida, imitó siempre a su maestro allí donde estuviera. Ejemplo aleccionador en el día de su fiesta, en el día de Navarra.

Una vanguardia para el proletariado

No me extraña que esas mujeres jóvenes, rubias, altas, atléticas, sonrientes, bellas y ágiles como diosas, y sus compañeros no menos afortunados, en cualquier momento de su vida cotidiana, prendaran desde las películas, los carteles de los cines, de los teatros, de las calles y las plazas a los millones de soviéticos, pobres, trabajadores, sumisos, miedosos y suspicaces. Hoy nos prendan a nosotros, tras haber visto y oído el gran engaño, la gran patraña del progreso y el éxito del comunismo de la URSS, la fábrica de propaganda política del mundo durante decenios. Con el mismo título de esta bitácora la fundación Juan March ha abierto una exposición de dos centenares y medio de obras, objetos y documentos, procedente de dos museos estatales rusos, sobre la figura principal del realismo socialista soviético en tiempos de Stalin, Aleksandr Deineka (1899-1969), vanguardista constructivista, primero, y, después, agitador comprometido con la llamada construcción socialista del inmenso país, (entre la gran vanguardia rusa (Malevich, Ródchenko…) y el postmodernismo (Kabakok, Bulátov…), que también fueron expuestos aquí en su día. Deineka y los que colaboraron con él y en torno a él, y todos aquéllos que los imitaron, también en los años 20 y 30, en toda Europa se entendieron a sí mismos como una vanguardia artístico-política al servicio de la utopía política, pero sobre todo, lo quisieran o no, al servicio de un formidable poder político totalitario, que se creyó demiúrgico y dominador de todos los demiurgos. Toda una aventura pictórica, que es lo que ahora nos interesa más, en un lugar y tiempo como aquéllos. Obreros, agricultores, deportistas, gentes del común… aparecen en estos cuadros, carteles -con frecuencia, monumentales-, o ilustraciones de libros y revistas como modelos sobre-humanos, de una idílica naturaleza y sociedad transformadas y transformadoras, ensoñadas y ensoñadoras, revolucionadas y revolucionadoras… Lo mismo en esos Obreros de choque y deportistas al mismo tiempo que en esas Trabajadoras textiles; en esas obreras con pala del cuadro La producción alimentaria, como en esa espléndida tiradora de disco en el cuadro propagandístico Trabajar, construir y no lamentarse, que alcanzó una tirada de 30.000 ejemplares en Moscú y Leningrado.- La trapisonda y la impostura política de un régimen totalitario y crue, en este como en otros muchos casos similares, no puede ni debe impedirnos el reconocimiento  de una de sus expresiones artísticas, de su atracción y de su belleza, a pesar de haber servido a intereses impuros y humanamente degradantes.