La noticia le cogió de sorpresa al obispo accitano, cuando el pasado 25 de enero Mons. Juan García-Santacruz fue declarado unánimemente Hijo Adoptivo de la ciudad granadina por el pleno del consistorio, presidido por un alcalde socialista y compuesto por los concejales del PSOE, PP e IU. Dice, entre otras cosas, el acta de la declaración: “Desde que Mons. Juan está entre nosotros siempre se ha mostrado cercano, accesible y disponible, tanto a los accitanos como a sus instituciones. En ningún momento ha rehuido compartir los momentos agradables y los tristes. Su humanidad le ha llevado, desde a manifestarse en público a favor de la paz y en contra de la guerra, salir con los mineros a consecuencia del cierre de la mina de Alquife, hasta abrir de par en par las instituciones y edificios de la Iglesia ante situaciones de emergencia. En ningún momento ha escatimado buscar, por encima de todo, el bien común”. Buena noticia, gran noticia en esta España desgarrada entre unos y otros, ateos y creyentes, derechas e izquierdas, laicistas y no confesionales, etc. Al final, y a pesar de muchas cosas, los primeros valores evangélicos y protohumanos florecen en los corazones de casi todos. Y unos los ven, valoran y reverencian en la Madre Teresa, otros en l´abbé Pierre, y los concejales, de toda laya, de Guadix, en su admirado “Monseñor Juan”. Enhorabuena, hombre.

– Son un pueblo justo: nunca hablan bien unos de otros.

En el inmenso conjunto cultural “Conde Duque” de Madrid se ha abierto hasta mayo la original y aleccionadora exposición dedicada a las Misiones Pedagógicas, propuesta que ya en 1881 presentaron al jefe del Gobierno liberal, Práxedes M. Sagasta, el catedrático madrileño Francisco Giner de los Ríos y su discípulo y sucesor Manuel Bartolomé Cossío. Ensayadas en Las Hurdes en 1930, en los siguientes años republicanos se extendieron por toda España, hasta llegar a unos 7.000 pueblos, aldeas y alquerías, bajo el impulso y la orientación de un Patronato, presidido por Cossío, del que formaron parte intelectuales y hombres de artes y letras, como Antonio Machado, Luis Bello, Amparo Cebriain de Zulueta, Oscar Esplá o Pedro Salinas. Cerca de 600 misioneros, mayormente profesores y estudiantes, recorrieron la España más pobre, escondida y abandonada -la muestra gráfica, pictórica y audio-visual es notabilísima-, llevando libros, discos, copias de cuadros célebres de pintores españoles, canciones, juegos, mapas, exposiciones, marionetas, cine, coros y teatro; llevando sobre todo el propósito juvenil y alegre de redimir en lo que fuera posible la escuela rural española, los maestros rurales españoles, el pueblo más pobre de España. Una exposición memorable, que ella sola bien merece un viaje hasta el centro cultural “Conde Duque”.

He visto en la capital el programa de Televisión-Madrid, que dirige Sánchez Dragó por la noche. Me ha parecido un programa bien llevado, vivo, plural, cultural… Uno de los días, entrevistaba a un periodista de EM, crítico con la televisión autonómica, y a un poeta y escritor, miembro del Goblierno Aznar, sobre las relaciones entre televisión y política, entre periodistas y políticos, tras la reciente negativa de los socialistas a acudir al centro televisivo madrileño. ¿Cercanía de la campaña electoral? ¿Ajuste de cuentas con sus rivales, que en otros puntos de España hacen algo parecido cuando no dominan el medio? ¿Censura en un sitio y en otro? ¿Parte de la confrontación general poítica en todo el país? Lo más inesperado fue cuando Dragó le confesó amablemente a su invitado crítico que sólo dos veces en su largo recorrido por TV española, con varios gobiernos, le habían censurado algo: una, cuando le prohibieron que volviera a invitar al programa al dramaturgo Arrabal, por haberse emborrachado en el plató. (Consiguió que durara el veto sólo un mes). Y otra, cuando le prohibieron una entrevista con Pedro.J. Ramírez. Las dos, con los socialistas en los mandos.

Seminario en Madrid sobre El bilingüismo en España. Anteayer le tocaba a Navarra. Sociólogos, filólogos, filósofos, juristas, historiadores y algunos políticos, venidos sobre todo de las Comunidades bilingües. Larga reflexión y vivo debate. Me quedo a estas horas con el resumen de un filólogo, historiador y hombre de letras a la vez: “No, la lengua no es tampoco esa seña privilegiada de identidad de la que hablan los etnonacionalistas vascos. Es verdad que ya no es la religión, ni la raza, ni la historia. Pero tampoco la lengua. La lengua es, sí, un medio poderoso, pero para cultivar, acrecer, potenciar y difundir la aversión y el odio a España, que es la verdadera seña de identidad de todos los etnonacionalistas vascos”.

“El fracaso del hombre es su incapacidad de entender lo diferente”, escribió Kapuscinski, el universal periodista polaco, recientemente fallecido. ¡Si lo diferente es todo, incluido uno mismo! 

“Si el Estatuto no cabe en la Constitución, habrá que cambiar la Constitución“, dice hoy en un diario nacional nada menos que el presidente de CIU, Artur Mas, con quien el presidente del Gobierno español hizo aquel pacto de última hora y dejó a Maragall en la estacada. No sólo es la España al revés, sino el derecho al revés. En ninguna clase de derecho público ni en ningún país del mundo se diría una cosa como ésta, un dislate como éste. No nos equivocamos, pues, quienes, con el máximo respeto, pero también con el máximo rigor criticamos en su día el Estatuto catalán. Los mayores responsables son quienes lo votaron en las Cortes, sabiendo, como lo habían dicho ellos mismos, que era ese enorme error que sigue siendo, y cuyas consecuencias están por ver. Pero lo votaron obedientemente, ciegamente, incluido el presidente de la comisión constitucional, con la obediencia ciega, de la que tantas veces se han reido. Pues, a verlas venir!

El historiador y ex rector de la Univ ersidad del País Vasco, Manuel Montero, escribía hace unas semanas en EC un artículo, que se resume bien en el título, “El final de un sueño”, refiriéndose al que él también denominaba proceso de paz, y concluía certero: “No puede funcionar una democracia sin dignidad“. Antes de cualquier proceso, en medio de él o después de él. Espero que el ilustre universitario no vuelva a soñar apoyado en tan débiles supuestos.

Volviendo a la campaña contra el hambre. Cuando veo, oigo o leo que muchos hombres públicos, ricos y poderosos, entre ellos muchos políticos, comen y beben habitualmente en los restaurantes más caros, recuerdo aquellas palabras del joven político mallorquín Antonio Maura, cuando decía que los partidos políticos debían “nutrirse con la opinión” de las gentes, y no ser sólo “tandas de comensales“.