Una semana

Como voy a estar fuera durante una semana y me va a ser imposible acercarme en esos días a la red, cuelgo un aforismo o juego lírico-lúdico por cada uno de esos días. En mi sección Biblioteca acabo de colgar el primer libro de la larga serie De andar y pensar, que contiene, en esa primera entrega, cientos de lo que podríamos llamar greguerías, en su más genuina versión. Cuando, los años 1994-95, me salían a chorros, temí que fuera la surgencia de libros ocultos, leidos y olvidados. Corrí a ver el libro de Ramón Gómez de la Serna y otros similares, y, por fortuna, vi que eran mínimas las coincidencias. Así que seguí adelante.

-Teoría del caos: si a un calvo turco se le cae un pelo, puede temblar el rey de Francia.

-Todo el mundo cree que es el ombligo del mundo. Hasta los habitantes de la isla de Pascua, en pleno Pacífico, los Rapa Nai, llaman así a su isla: Tepito-Te-Henúa: ombligo del mundo.

-Nunca es siempre tarde, aunque la dicha no llegue.

-El mayor dolor de un adjetivo calificativo es que lo coloquen junto a un sustantivo inadecuado.

-¿Acaso son siempre los prelados domésticos más dignos que los prelados sin domesticar?

-Todos estamos citando a alguien, sin que sepamos casi nunca a quién y, ni siquiera, qué citamos.

-Nos llevaron a ver aquel espectáculo a vista de pájaro. Y eso es lo que vimos. No lo puedo describir porque no conozco la escritura de pájaro.