Una defensa a puerta abierta

Hoy he tenido que enviar una larga nota a los medios informativos -¡Luz y taquígrafos!- explicando brevemente mi actuación como comisario de la Exposisición “Navarra: un futuro entre todos” y pidiendo que la comisión parlamentaria a la que me invitan sea no a puerta cerrada como me imponen, sino con todas las puertas abiertas y en presencia de los medios informativos. ¿Acusación pública y defensa privada y secreta? Viejo truco y viejo atropello. No y mil veces no. Debiera ser la Comisión de Derechos Humanos, que me tocó crear y presidir, la que debiera llamarme, pero no como acusado o testigo de acusados, como en esta ocasión, sino como víctima de unos medios y de un Grupo Parlamentario, que, después de año y medio de se publicaran mis réplicas a la infamia, vuelven al vómito, queriendo más o menos decir que me vendí al Gobierno de UPN o me dejé comprar por dinero. Un dinero que ni percibí. Y quieren oírme o acusarme, no sé, en un Parlamento cuya presidenta socialista, lo mismo que otros muchos cargos de su partido, han sido elegidos por los votos determinantes de UPN y con altísimas retribuciones. No la risa, la indignación de mi dignidad democrática es lo que tengo que retener en ese caso, superando la sugerencia del preceptista Horacio.