“Un hijo se nos ha dado”

(Del libro de Isaías 9, 1 – 6)

Una luz fuerte ha roto las cadenas de las sombras
que ataban nuestros pasos por la vida.
Y un gozo grande,
como el de una cosecha mucho tiempo esperada
o el de un botín inesperado,
nos alienta el corazón.

Tú levantaste el yugo que oprimía nuestros hombros
y rompiste la vara del tirano lo mismo que un juguete.
Al fuego has arrojado
las estruendosas botas señoriales,
y las llamas reían al quemarlas.

Tú nos has dado un niño por señor,
que restaure en justicia el trono de David:
consejero admirable, Dios fuerte, siempre Padre,
Príncipe nato de la paz perpetua.