Salmo 22 (V)

Dios no pudo librarle de la muerte
porque era mortal.
Pero Dios le salvó del sinsentido
de la vida,
de la noche sin alba,
de la eterna sombra del sheol.
Y todo llegó a su cumplimiento. (Jn 19, 30)

Los que fuimos liberados con él
y por él
contaremos la fama del Dios de nuestros padres
en medio del linaje de Jacob
y de todos los pueblos de la  tierra.
Porque no desdeñó ni despreció
la desgracia del pobre acorralado,
ni le ocultó su rostro en la hora crucial,
y escuchó su gemido innenarrable
y acogió su postrer encomienda.
(Luc 23, 46)

Sabemos por fin ahora
que, un no lejano día,
los pobres serán saciados, (Luc 6, 21)
que encontrarán a Dios los que le buscan
y vivirán sus corazones para siempre.