No existe una singular racionalidad de la fe. No existe más que la racionalidad común, parte muy principal de la inteligencia humana. No hay que buscar ese dichoso punto de contacto o punto de encuentro, que tanto ha atormentado a algunos teólogos y filósofos, entre Dios y el hombre, lo Absoluto y lo relativo, lo Infinito y lo finito, lo Sobrenatural y lo natural… La inteligencia humana está abierta absolutamente al Absoluto, al Trascendente, que no está fuera, extrínseco al hombre, sino dentro de él -de alguna manera hemos de hablar-, en todas partes, en todos los seres, como Ser fundante y fundamentante de todo. Zubiri frente a Barth. El Dios de Jesús de Nazaret frente al Dios de los metafísicos griegos y de los antimetafísicos.