Más altermativas

Otras muchas alternativas expuestas en el mismo libro se refieen, con parecida universalidad, al mundo y a Europa. Por ejemplo, esa de la prohibición de paraísos fiscales, que yo deseo de todo corazón, como si fuera de Europa no los hubiera o no fueran accesibles. Una vez llegados, por fin, a España, entre las muchas propuestas positivas, que comparto y compartimos tantos, están otras mucxho más discutibles  por su falta de eficacia, de concreción y  algunas hasta de sentido común, como proponer un referéndun vinculante ante cualquier plan de ajuste estructural, la nacionalización de  las grandes empresas privatizadas en su día, la nacionalización de las cajas de ahorro -¿de cuáles?-, el aumento de prestaciones por desempleo, el incremento del número de empleados públicos, la eliminación del retraso de la edad de jubilación, el fin del régimen de concertación con la enseñanza privada, acabar con los privilegios financieros de la Iglesia -¿sólo de la católica, y no de partidos, sindicatos, universidades, fundaciones, asociaciones, etc., etc.?-…, y hasta la reforma constitucional que haga que todos los cargos públicos que tengan función de representatividad sean electos y que impida el carácter heredable de los puestos representativos. ¿Qué tiene que ver esto con el empleo? Más bien parece el programa de Izquierda Unida o de algún grupo del 15M, que apoyan o inspiran tal vez estos meritorios economistas, a los que no quito un àpice del mérito de su trabajo y de muchas de sus propuestas.