La sandalia impune

La sandalia blandida, entre graves insultos y amenazas, en el Parlamento catalán, por un diputado talibán -así lo han llamado con acierto varios periodistas-, y de cuyo nombe no quiero acordarme, contra un ex ministro y banquero español es uno de los actos parlamentarios más incivilizados que recuerdo en toda la historia del parlamentarismo occidental. Y una de las actuaciones más incivilizadas de la presidente de la Comisión, para colmo del PP, cuyo nombre tampoco quiero remembrar. Pero a la par, si no más bajas todavía en la jerarquía de la degradación, están las muestras de aprobación y elogio por parte de diputados de IU, ERC e ICV. Y el silencio cómplice de la portavoz del PSOE en las Cortes -con una sonrisa, para más inri- y del mismo presidente de la Generalidad de Cataluña. El cainismo político está a la orden del día en este país, pero este incidente lo muestra, lo ridiculiza y acusa como pocos.