España europea

 

        El Gobierno de Franco solicitó ya en 1962 la integración en la entonces Comunidad  Económica Europea y el único resultado fue el Acuerdo preferencial entre España y la CEE, de 1970. La Constitución española de 1978, superado ya el mayor obstáculo que era la Dictadura franquista, posibiltó el proceso real y realista de integración. Y siete años después, en 1985, las Cortes españolas aprobaron la ley organica de autorización para la adhesión a la Comunidad Europea. Posteriormente, siguieron cumpliendo su tarea europea y europeísta: desde la ratificación del Acta ünica europea (1986) hasta la del Tratado de Lisboa en 2008.

Así fue configurándose un amplio sector de nuestro ordenamiento jurídico interno, a la par que europeo, articulándose en nuestro sistema democrático las fases denominadas ascendente y descendente del derecho de la Unión.

España fue el único país europeo que ratificó en referéndum la flamante Constitución europea de 2005, con una participación del 42% de sus ciudadanos con derecho a voto y el voto positivo del 77% de sus votantes. Como se sabe, aquella Constitución decayó al haber sido rechazada en referéndum nada menos que por dos de sus socios fundadores: Francia y Holanda.

En España se han celebrado ya siete elecciones al Parlamento Europeo, con una participación entre el 42 y el 68 por ciento de sus electores. España ha presidido en cuatro ocasiones, con diferentes Gobiernos, la presidencia del Consejo Europeo. Un español ha sido Alto Representante de Política Exterior y Seguridad Común (PRSC). Siete han sido comisarios de la Comisión Europea. Tres han presidido el Parlamento Europeo.

La creación y el desarrollo de la hoy Unión Europea ha sido el acontecimiento político, económico, social y cultural más importsnte de nuestro continente, y por tanto de España, no sólo desde el final de la Segunda guerra mundial, sino desde el Imperio Romano.