El cementerio mediterráneo

 

              Desde que  el papa Francisco empleó la metáfora en su resonante  viaje a Lampedusa, todos la uitilizan ahora como si fuera invención propia. Como era de temer desde hace mucho tiempo, nuevas catástrofes humanas han seguido a las anteriores y seguirán siguiendo, mientras haya todo un continente, como África, que quiera saltar hasta Europa y se añada a ello medio Oriente Medio que, huyendo de la honda crisis interna que lo corroe y destruye, pretenda hacer lo mismo. La inmigración hacia Europa es desde hace muchos años el primer problema polìtico de la Unón Europea y ésta ha estado muy lejos de darle esa importancia y de diseñar siquiera una salida, que no una solución. Salida que compromete, penetra y condiciona todas las políticas: la económica, la de cooperación y desarrollo, la diplomática, la defensiva… No en el peor de los casos, y si esas políticas no se ponen inmedIatamente en marcha, corremos el riesgo de tener que ir abriendo campos de refugiados, a la manera de Líbano, Jordania o Turquía, en países europeos como Grecia, Italia, Chipre, Malta, España y hasta Fancia, de los que partirán ríos de gente hacia los paises del Norte. Todos los Estados de la Unión y de fuera de la Unión se verán gravemente afectados. Peor para ellos, si ahora mismo no tratan el problema de la inmigración como su primer problema.