Angeli

 

Los ángeles alegraban la mañana primaveral de junio, mientras viajábamos desde Pamplona a Lerma por una autopista en la que habían suprimido todos los peajes.

Los ángeles  guardaban el puente del siglo XVI sobre el río Arlanza, recrecido por la lluvia de los últimos días, y que en tiempos animaba los lujosos jardines y el coto de caza del duque.

Los ángeles subían por las calles de Lerma; sobrevolaban el que fuera palacio ducal de don Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, I  duque de Lerma, valido del rey Felipe III, y hasta cardenal de la Santa iglesia, y custodiaban todos los conventos e iglesias que el duque fundó.

Los ángeles habitaban sobre todo en los tres centros de la Exposición, número 24, de Las Edades del Hombre -con el lema Angeli (ángeles)-: la Ermita de la Piedad, la Iglesia de San Pedro y el Monasterio de  la Ascensión.

Acompañaban a la Virgen con el Niño, del Maestro de la leyenda de la Magdalena (ca. 1525-1530), llevados desde la capilla del Condestable en la catedral de Burgos.

Armados de San Miguel arcángel, en varias de las versiones de Luis Salvador Carmona, Diego de Siloé o Gregorio Fernández, luchaban contra el Mal y el Maligno, con las mejores espadas del tiempo.

O, bulliciosos como niños pequeños, revoloteaban  en torno a la Virgen coronada en el cielo, óleo sobre lienzo de El Greco (1603-1605), que suele admirarse en el hospital-santuario de la Caridad, de Illescas.

Ángeles, todos los ángeles, se nos habían metido en el alma, al salir de la plaza mayor de Lerma, vencida la tarde del 13 de junio de 2019, fiesta de San Antonio de Padua, rodeado de ángeles.