Adviento. 5

    Es tiempo de silencio.
Palidece el otoño en los campos.
La soledad es grata, saludable,
y asciende a las montañas
la expectación alacre de la nieve.
Tentado siempre por la melancolía,
sabe el hombre de fe
que en el ritmo fatigante de las viejas estaciones
late la misma vida inextinguible
que Dios sembró en la serna ubérrima
                                                    del cosmos.
La creación avanza sin descanso.
La creación se forma y se transforma
en el juego ritual de las edades.
Nada antiguo se pierde.
Nada nuevo contradice
la fuerza y la expansión de lo creado.