Teatro joven

El estreno en Pamplona, con gran éxito de público, mayormente joven y entusiasta, de estas dos obras breves y de escenificación muy simple -en el ciclo Pequeñas Obras de nuevos autores– nos confirma que el teatro que cumple los requisitos del ingenio y del buen gusto sigue teniendo un público adicto, aunque sea minoritario. Café, sólo café, del jovencísimo Pablo Salaberri, actor al mismo tiempo, es un un juego ingenioso, y malicioso a la vez, entre dos parejas cruzadas e improvisadas en torno a unos enigmáticos crucigramas y a unos cafés en el café, que se abre, se desarrolla y cierra muy juguetonamente. Cuota líquida, del más maduro periodista y escritor Víctor Iriarte, es un hilarante juicio final en forma de declaración de renta por la red, donde todo está escrito –liber scriptus proferetur / in quo totum continetur / unde mundus judicetur-, de un típico trabajador navarro, con gravaciones y desgravaciones, cuentas y descuentos por deméritos y méritos morales, que mantienen al espectador en una constante carcajada.- La experiencia artística, patrocinada por la Universidad Pública de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, es un gran acierto y un impulso notable a los jóvenes autores y jóvenes amantes del teatro   .