La paz y las armas

    Hoy, primer día del año nuevo, jornada mundial de la Paz, repaso el libro del heroico periodista Gervasio Sánchez, Vidas minadas, diez años después, donde nos cuenta -coincidiendo con el décimo aniversario del Tratado de Otawa, que prohibe la producción, el empleo y el almacenamiento de las minas antipersona como arma de guerra- la realidad actual de aquellos niños, jóvenes y adultos que él fotografió hace diez años en su impactante libro-testimonio Vidas minadas. Su exposición va a recorrer España durante 2008 para terminar en París a fin de año. Cuando alguien le ha preguntado sobre el abismo existente en España entre la ayuda a estas víctimas y la venta de armas, Sánchez recuerda que nuestro país dedicó durante años una cantidad vergonzosa para la ayuda a estas víctimas: una media de 710. 000 euros anuales; que con el gobierno socialista, especialmente a partir de 2005, se están dedicando unos seis millones, al mismo tiempo que, en los dos últimos años, se ha duplicado la venta de armas, lo que el autor define como cinismo. Un cinismo que tenemos que repartir entre muchos. Mientras hacemos pucheros con la palabra paz, ayudamos a medio mundo a encender las numerosas guerras que arden en los países más pobres.