La Ascensión del Señor

 

(Ver también La Ascensión del Señor, 16 de mayo de 2021)

Mc 16, 19; Lc 24, 50-53; Hch 1, 6-11

Nos cuenta Lucas, en su segundo libro,
que hasta el último momento,
los discipulos del Maestro confundían el Reino mesiánico
con el reino temporal restaurado de David.
Jesús deja en manos del Padre los tiempos y momentos de la historia
y solo les promete la fuerza y el poder del Espíritu,
que los hará sus testigos
en Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.

Lucas presenta al último Jesús pospascual cerca de Betania,
etapa final del viaje a Jerusalén,
donde, sumo sacerdote mesiánico,
al modo de Aarón y Simón,
bendice a sus discípulos, seguro y garantía
del favor y apoyo de Dios.
Y con mano maestra nos describe
que fue llevado o levantado hacia el cielo
y que una nube teofánica le ocultó de la vista de todos.

Como ellos estuvieran arrobados,
mirándole ascender,
dos hombres vestidos de blanco
-los mismos que, el domingo pascual,
hablaron a las mujeres- les dijeron:
Galileos, ¿qué hacéis aqui mirando al cielo?
El mismo Jesús que visteis alejarse
volverá de igual manera.

Y ellos volvieron a Jerusalén,
esperando al Espíitu.