Insultos literarios

 

         Ahora que nos sabemos ya de memoria todos los pobres y tristes insultos que cada día se atizan los políticos de turno -hombres vulgares, que no quieren ser ejemplares-, y ahora que estamos en vísperas del Carnaval, desdibujado ante una Cuaresma más desdibujada todavía, acudamos al capitán Archibald Haddock, personaje de La aventuras de Tintin, para que nos renueve un poco el repertorio.

Descendiente de un ilustre marino al servicio del rey de Francia, caballero a la antigua usanza, caballero sobre todo del mar, siempre apegado a una buena pipa y a un buen vaso de whisky, dejémosle hoy que nos ilustre con sus furiosos pero esmerados, originales, delicados exabruptos, por si podemos nosotros también renovar nuestro vocabulario relacional:

Anacoluto, analfabeto diplomado, anfitrión, antropopiteco, archipámpano, atila sin caballo, beduino interplanetario, brontosaurio huido de la prehistoria, bulldozer a reacción, catacresis, ciclotrón, coleóptero, coloquíntico, cordero mal peinado, dinamitero, doriforo de pòlicleto, ectoplasma, equilibrista, extracto de hidrocarburo, fátima de baratillo, filibustero, filoxera, flebotoma, giróscopo, herético, iconoclasta, inca de carnaval, invertebrado,  jugo de regaliz, lepidóptero, lorgaritmo, loro feo, mameluco, marinero de agua dulce, medio bacilo, mejillón relleno, megaciclo, momia, mujik, nictálope, oricterópodo, ornitorrinco, ostrogodo, pacta-con-todos, patagón, polígrafo, rizópodo, rocambole, saltimbanqui, sátrapa, tecnócrata, troglodita, vampiro, vándalo, visigodo, viviseccionista, xilófono trucado, zapoteca curva, zuavo, zumbador de colibríes, zuzurco en rama…