Ahora que, de nuevo a impulsos de los socialistas catalanes, el PSOE parece enarbolar otra vez la bandera del federalismo, conviene recordar cómo en 1931 prefirió el Estado integral sobre el Estado federal y cómo en 1978 eligió no el Estado federal, sino el Estado autonómico. Sobran testimonios, pero añado hoy el del núm. 66 (10 de de julio de 1976), tercera época, de El Socialista, con un artículo titulado “Socialismo y Regionalismo: I. Estructura del Estado”, sin firma. En él, tras recordar la resolución del último congreso, donde el partido se pronuncia por la constitución de una República Federal de las Nacionalidades que integran el Estado Español, llega a decirse que para los socialistas el debate sobre el Estado Federal o Regional deviene secundario, desde el momento que éste último no implica un menor grado de descentralización que el Estado Federal (de hecho la autonomía de que disponen las regiones autónomas italianas es, sin duda, mucho mayor que, por ejemplo, la de los Estados Unidos de Venezuela o Brasil), sino una técnica distinta de conseguir lo mismo. Frente al sálvese quien pueda que atribuye el autor a la práctica republicana de 1931, afirma al final del trabajo que la responsabilidad histórica de nuestro tiempo radica en ofrecer una solución racional que compagine las aspiraciones autonómicas de las regiones y nacionalidades, tanto a nivel político como económico, con una estructuración unitaria del Estado.
