La gente -llegó a escribir el polígrafo Ayala, que acaba también de dejarnos- se agarra a cualquier cosa con tal de odiar al vecino. Y, en cuanto puede, añado yo, le agarra directamente a él.
Archivo por meses: noviembre 2009
Levi-Strauss
Claude Levi-Strauss negó el caos en el universo, buscó y encontró en todas partes el orden, la ley, la lógica, pero no el sentido de la vida humana. Quiso con todo que la viviéramos como si la tuviera. Una extraña pero comprensible -humana, demasiado humana- contradicción.
Caracteres generales
No existen caracteres generales.El carácter (forma de vida) es siempre personal. Los caracteres pueden ser habituales, extendidos, frecuentes. Pero nunca generales.
Venus del Esquilino
Tan joven, tan bella, tan perfecta,
que todas las Venus elegidas en el mundo
parecen imperfectas.
Tordehumos
El licenciado Tordehumos, oficial de la Inquisicion española, que habia aceptado regalos y hecho diferencias de trato entre presos, fue suspendido de su cargo por el inquisidor general Fernndo de Valdés. Tordehumos no parecio digno de Torquemada.
Roma y el País Vasco
Mientras miro en los muros exteriores de la basílica de Majencio los mapas de la evolución del Imperio Romano, oigo que un joven catalán, en medio de un grupo de turistas catalanes, dice en voz alta que los romanos nunca estuvieron en el País Vasco, al ver que todo el mapa de Hispania esta (en bñlanco), dominado por Roma. Me vuelvo amablemente y le invito a visitar el museo romano, abierto recientemente, en Irún (Oiasso), puerto fuvial y fin de trayecto de una famosa vía romana.
El Spinario
Menos mal que el Spinario o Cavaspina, de bronce, de los Museos Capitolinos de Roma, se no se ha podido quitar, desde el siglo primero despues de Cristo, la espina que le duele en el pie. Una joya.
La pobreza como antiderecho
La pobreza severa o extrema no voluntaria es una violacion de los derechos humanos, una de las mas graves. Y es efecto de medidas politicas que tienen como responsables a personas concretas con nombres y apellidos.
Basílica de San Pedro
Hoy no me distrajeron
las estatuas gigantes de los santos,
ni las de los papas con su laudas excesivas en latín,
los cuadros y las tallas de célebres pintores y escritores.
Ni siquiera la gloria de Bernini.
Me acerco, humildemente agradecido,
a la cripta de la tumba de Pedro el Pescador
y primer papa,
columna de la Iglesia,
no de mármol, pórfido o granito,
sino de sangre martirial.
Y me dejo envolver por el arte del espacio:
por la gloria de Dios creador,
la inmensidad del orbis terrarum,
la anchura y longitud de nuestra madre Tierra,
asumida y redimida por Cristo,
y el regazo materno y fecundo
de la Iglesia universal.