After Cage en Pamplona

 

         Admirable por todos es el trabajo constante llevado a cabo por los organizadores del Cuarto Festival Internacional de experimentación musical AFTER CAGE, esta vez con el lema La ciudad, constructora de espacio, a cargo del colectivo E7.2 Pamplona. Especialmente admirable el taller dirigido por Juan José Eslava, joven y maduro compositor, alma de la organización. Lo apoyan las más importantes instituciones políticas y culturales navarras. Particularmente impresionante me pareció en el teatro Gayarre, el 31 de octubre, la obra del maestro Jannis Xenakis, compositor y arquitecto, Okho, para trío de djembes y un tambor grave de piel, dividida en ocho secciones con materiales rítmicos, combinados con solos, dúos y tríos. Melodías basadas en fórmulas matemáticas, a las que se da el nombre de músicas estocástica, palabra que no está en mi Diccionario de Helenismos españoles de mi profesor de griego, D. Crisóstomo Eseverri, y que significa literalmente hábil en conjeturas; es decir, todo lo perteneciente y relativo al azar. Sin desdeñar para nada la obra de Pierre Jodlowski, “24 loops”, y la de Erik Griswold, Strings Attached, ambas para percusionistas, la composición que me llegó al alma fue la de Juanjo Eslava, Nozarashi (intemperie), para coro mixto y percusión: verdadera onomatopeya músical trágica del tsunami japonés de 2011, que barrió pueblos enteros. Toda ella, horror, angustia, voces estremecidas, estertores de dolor, y de muerte…, traducidos musicalmente en ruidos, golpes, terremotos, truenos, zumbidos, olas que crujen y aplastan, fugas, ayes, vocales, consonantes, últimos suspiros,.. Y para terminar, la parodia inteligente de la Moto-auscult, de Eduardo Peña, en torno a una potente, soberbia y costosa motocicleta en medio de la ciudad, rodeada de artistas: pintores, músicos, arquitectos, pensadores, que se interrogan en silencio, pero mímica y activamente, tomando a la moto como objeto, por las voces y ruidos de una ciudad, por sus intrumentos, sus obstáculos, sus posibilidades, sus espacios y tiempos… Nada menos.