Huelga en Alcalá

(Por razones técnicas no me fiue posible, el día 14, escribir en el cuaderno de bitácora este fragmento, que lo recupero hoy).
¿Son muchos, son pocos? Se llena el espacio de la plaza Cervantes en torno al kiosko de la música, cerca de los restos de la iglesia de Santa María, donde fue bautizado el genio. Dos esbeltos arces exhiben todas sus galas de otoño, con todos los colores en expansión: oro pálido, naranja desvaído, verde manzana, siena, ocre, bermellón, rosicler, granate, morado…; sólo por verlos merece venir a Complutum. Se arracima variopinto el personal, y  un estruendoso telonero escande los primeros lemas pareados, preferidos por la gente, creadora de coplas, refranes y dichos pareados: Sanidad / educación / no a la privatización. Pasa una cigüeña hacia su nido en alguna de las torrecillas de los Colegios alcalaínos. Se levantan letreros y pancartas con textos alusivos a los recortes. Un paisano , a mi lado, repite una y mil veces lo de los putos bancos y la  puta ruina en la que han dejado a este país. El lema Sanidad / pública, como no es pareado, no gusta al público y no lo repite, y el telonero del kiosko se queda solo. Una señora, que me dice ser colombiana, se explica bien y reparte juiciosamente responsabilidades.Un hombrón, delante dw nosotros, lleva a la espalda de su camiseta negra un anuncio de Soviet Airlines. Una pequeña bandera de la Segunda República otoñea un poco la concentración. En la casa consistorial frontera, donde hay una placa sobre Primo de Rivera y otra sobre Azaña, alcalaíno ilustre, no han ido a la huelga, pero sí los podadores de los plataneros de la plaza, o por lo menos aqui y durante esta mañana. Se alarga la espera, que se entretiene con muchos pitos y vuvucelas. Por fin llega a lo lejos un grupo con banderas sindicales, que  dicen llegar desde el Hospital, donde han debido de hacer la primera manifestación. Sanidad / educación… Tas muchos aplausos al grupo que llena ahora el kiosko de la música, habla Marta, una mujer que se presenta como mujer, ciudadana y trabajadora del Hospital… Sanidad / pública... Es breve, lacónica, sin ser lacedemonia. Luego entra en juego el representante de Comisiones del corredor del Henares, ya desgañitado, que habla en sostenido mayor, para decirnos las empresas del corredor que han parado y dar gracias a todos, o tal vez a casi todos. Muchos aplausos, mientras intenta el telonero hacer pasar el lema de Sí / se puede, que, como no es  pareado, aunque sea tan corto, apenas se mantiene. Con voz más calmada,  el representante de UGT, del mismo corredor, recuerda que esta es una huelga europea y da gracias a todo quisque, sobre todo a los trabajadores y trabajadoras del  Hospital, hasta a los medios de comunicación del dichoso corredor, y en éstas que también pierde la voz, que ya la tendría maltrecha por el madrugón. Así que el telonero, tras animarnos a gritar que Sí / se puede, en plan equipo de Obama, pide aplausos para los tres oradores (y oradoras), y aplauden hasta los portadores de pancartas. Lo que sí le gusta al respetable es el lema Luego diréis / que somos cinco o seis, porque ahí está él y sabe que no es cierto. Hay otro que sólo se escande una vez, no con mucha entonación, y tiene su aquél: Mariano / capullo / recorta de  lo tuyo; quizá la gente no lo ha aprendido todavía, o no sabe quién es Mariano. Pasa otra cigüeña, esta vez resuelta hacia el Henares cercano y verdecido aún de arboledas. Predominan los gritos en favor de la educación y la sanidad publicas. Se agitan letreros, pancartas, banderas y banderolas. Se aplaude mucho. El telonero se calla y la gente habla alto y claro.  Quedan aún muchos plátanos sin podar, casi tan verdes como en junio, y lucen muchas rosas en los parterres centrales de la plaza. La gente no se dispersa: se encuentra,  dialoga, se reafirma y se ríe. Una panda de adolescentes, que lleva una banderola sindical, corea: Mariano /capullo… El grupo líder, que ha bajado del kiosko, se deshace, entre saludos y abrazos. Siguen su concierto popular los pitos y las vuvuzelas.