Leo en EC de ayer que alcaldes socialistas que no colaboraron con el referendum ilegal del 1.O están siendo acorralados en sus municipios catalanes; que en doce consistorios  partidos independentistas o afines han roto el pacto que los llevó a la alcaldía, y que en Lleida han estado a punto de derrocar al actual alcalde, Ángel Ros, que hace unos años fue presidente de la Federación de Municipios y Provincias de España y es ahora presidente del PSC. Ros llamó fanáticos a quienes pretendían removerlo de su silla, mientras la portavoz de Ciudadanos, con quien gobierna en la presente legislatura, los acusaba de verter bilis y odio en sus actuales actuaciones.- Envío un saludo cordial a tan activos y sufridores servidores de la democracia constitucional y comparto idealmente su esfuerzo, su decepción y su esperanza. Ojalá que todo ello les ayude en su vida militente futura y haga ver a sus electores dónde está la raiz del fanatismo y la semilla del odio.