Repensar Europa

 

      Nos cuenta el embajador Francisco Vázquez, allí presente. En unas jornadas de reflexión tenidas en Roma, organizadas por el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, en el 60º aniversario de los Tratados de Roma, la gran mayoría de las intervenciones, incluida la del papa Francisco, alertaron y denunciaron el auge de populismos y nacionalismos que tan gravemente amenazan en el presente la existencia de la unidad europea. Siguiendo la estela del papa Benedicto XVI en una oasión semejante, hace una década, sobre la identidad europea, el papa Francisco introdujo una variación, que a Vázquez le parece esencial en el discurso tenido hasta ahora: subrayó la necesidad de que los principios y valores que conforman el estilo de vida y convivencia de los países europeos sean respetados también por los que son acogidos como refugiados o emigrantes, procedentes de otros orígenes y culturas. Todavía más: el papa distinguió por vez primera entre la obligación moral de acoger a los refugiados y la necesidad de adaptar al marco legal la llegada de los mismos, que nunca puede ser indiscriminada. Lo que le sorprende con razón a Vázquez es que tan importantes matices no hayan sido recogidos en las noticias (pocas) dadas sobre las conclusiones del Congreso.Tal vez porque para algunos no son todavía políticamente correctos y tienen que esperar el visto bueno de la seudoprogresía oficial.