La parodia de Puigdemont

 

          Salió el presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, Carles Puigdemont, ya con ínfulas de presidente de la neva República Catalana, a la misma hora que el rey de España, el día anterior, haciendo como que representaba a todo el pueblo catalán, después de haberlo dividido como nadie, a criticar acerbamente el discurso real, a darle consejos de cómo interpretar la Constitución, que él se ha puesto por montera; a pedir una mediación (¿para qué?), a ser posible internacional, mientras confirmaba su hoja de ruta hacia el abismo. Una escenificación más del texto teatral independentista y una trampa más de aviesos para incautos, Se trata de hacer tiempo para solventar discrepancias internas; ganarse simpatías de los devotos del diálogo infinito, que sirve para todo; hacer ver al mundo que España es una dictadura o un régimen opresor, que necesita de una ayuda exterior para volver a la normalidad, y también para que sus terminales y servidoores políticos: Podemos, PNV, Colegio de Abogados de Cataluña, el Barça, algún clérigo nacionalista, etc. le apoyen, en el peor de los casos -porque el vértigo del próximo futuro le hacer tambalear en ciertos momentos- y funjan de auxiliares en el inveterado propósito de todos ellos en favor del falso derecho de autodeterminación. – Salió el presidente, sí, ya fuera de la Constitución, de la democracia y de la misma realidad.