En este tiempo de tantas frívolas noticias, de tantos comentarios de entrenadores de fútbol y políticos demagogos, impresiona oír la inesperada voz del más genial de los presocráticos, Heráclito de Éfeso, hablándonos de lo inesperado y de lo inhallable:
¿Cómo podría alguien ocultarse de lo que no se pone (no se oculta)? (22 B 16)
Si no se espera lo inesperado, no se lo hallará, dado lo inhallable y difícil de acceder que es (22 B, 18).
Muerte es cuantas cosas vemos al despertar, sueño cuantas vemos al dormir (22 B 21).