La moción de censura

 

         Una moción de autoafirmación de PODEMOS, aprovechando la ausencia del líder socialista. Irene Montero y Pablo Manuel Iglesias Turrión consiguen presentarse como líderes de la oposición. Montero se revela como una oradora notable, especialidad mitin; demasiado prolija y gritona para la oratoria parlamentaria. Iglesias Turrión, en veste de presidenciable, más sereno, pero con el mismo sectarismo y espíritu agresivo: Demoliciones Iglesias, lo caificó Rivera. Apenas, un esbozo de programa gubernamental, y de ese programa, como le demostró el lider de Ciudaddanos, ¡casi todos los puntos se habían convertido en ley o estaban en vías de hacerlo! Con España no sabe el líder podemita qué hacer: todas las hipótesis parecen importarle lo mismo, según el viento que toque: federalismo, confederalismo, vaciamiento total de la España actual; con lo que se acomoda a todas las situaciones, sin siquiera admitir el art. 1 de la Constitución de 1978. Pero fortalece y mucho la rebelión independentista catalana, a la que no tiene nada que reprochar. Por eso Bildu, al que tampoco reprochó nada, y Esquerra Republicana son sus únicos avales parlamentarios. Daba risa oír hablar a Tardá (ERC), que se declaró no nacionalista, y a Campuzano (PDCAt) denunciar la corrupción del PP, sin citar siquiera a la familia Pujol o el caso Palau. Por lo que oímos a Domènec (PODEM), el confederalismo (es decir, varios Estados) parece ser su modelo para “este país”: nada nuevo en la historia de los partidos comunistas catalanes: POUM o PSUC. El presidente del Gobierno, Rajoy, le disipó los humos de gobernar a Iglesias; el peneuvista Esteban Bravo volvió a quitarle cualquier futuro gubernamental, y le dejó desnudo del todo Albert Rivera, para quien el líder podemita reservó sus más perversas pullas, junto a la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas que, mujer no sumisa, se le encampanó. Un sanchista de pro, José Luis Abalos, coincidió con Iglesias en el diagnóstico político general -¿tiene este hombre fuerza moral para achacar la corrupción sólo al PP?-, con la única diferencia, al parecer, de considerar a Cataluña sólo nación cultural, frente a la nación política con dereccho de autodeterminación, que es el estribillo de PODEMOS. Pero el acercamiento de los dos es evidente, como ya lo es, por otra parte, en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, de cuya gobernanza presumió el lider podemita una y otra vez. Al diputado de UPN, Alli, el fracasado candidato a la Moncloa no supo contestarle sobre la corrupción de la presidente Barkos, a la que sólo elogió, y de la ex secretaria podemita navarra, Pérez.- Yo también creo que un leninista, pasado por el siglo XXI y por Laclau, arrogante, sectario, entontecido por su pequeña tribu, como es Pablo Manuel Iglesias Turrión, buen dialéctico y menos culto  de lo que se cree, no gobernará España en todos los días de su vida.  Lo que será un bien para todos.