Ven, Espíritu Santo…

 

Espíritu de Dios, que siempre vienes,
viniste y volverás a venir,
VEN.

Vida y fuerza de Dios, siempre presente,
VEN,

Soplo y aliento de Dios, creador y recreador
de los hombres y las cosas,
VEN.

Tú, que mantienes con vida el universo
y cada día lo renuevas,
VEN.

Tú, en quien vivimos, nos movemos y somos algo o alguien,
VEN.

Tú, por quien decimos, escribimos y alabamos tu amor y tu poder,
VEN.

VEN, Espíritu divino, tan vivo y eficaz, que los sabios antiguos te llamaron Persona.
Y viento  inteligente, procedente del Padre y del Hijo,

Espíritu Santo, que pones ahora el “Ven” en mi mente y en mis labios,
VEN.

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