Últimos aforismos

 

 

-Los israelitas, que conducía Moisés por el desierto, estaban muy delgados, y no sólo por las caminatas, que  tampoco eran muchas. Era algo natural: en los frecuentes sacrificios de aninales ofrecidos a Dios por uno u otro motivo, y en los que participaba todo el pueblo, tenían prescrito taxativamente; Toda la grasa  pertenece a Yahvé (Levítico 3, 16).

-A la hora de desayunarnos, el mundo parece un poco mejor que la tarde anterior.

-Otra trampa política: Primero, se salta la ley y se consuma la fechoría. Y despuéss, se pide diálogo para legitimarla.