“Mujer es un animal…”

 

          Junto a miles de poemas de amor cortés y otros amores, en boca de poetas, trovadores y juglares de toda lengua y todo género durante varios siglos, los hay muy diferentes y hasta opuestos, como esta Coplas sobre las cualidades de las donas, de Pere Torroella o Pedro Torrellas (c.1416-c.1453), poeta de Cancionero, nacido en Zaragoza, vinculado a la corte de Alfonso V de Aragón en Nápoles, y cuya misoginia dio lugar a violentos debates literarios. Quien bien amando persigue / dueñas, a si mismo destruye, / que siguen a quien las fuye / e fuyen a quien las sigue. Así comienza la primera de sus décimas. En las siguientes,, con mejor o peor rima, las mujeres aparecen antojadizas, veleidosas, avarientas, fingidoras, malignas, sospechosas, mentirosas, movibles (bolven como foja al viento), olvidadizas, amigas de lisonjas, enemigas de cualquir enmienda, engañadoras… Pobres los hombres que, del vicio embevecidos, crean en ellas: Oh, cuitados, decebidos  / que no más andáis vendidos / e pasáis sin conocerlas! Solo el temor las detiene: Deleite e provecho son / el fin de todas sus obras; / en guarda de las sosobras, / suple temor e ficción. Y aqui, el resumen, siguiendo al Estigirita:

Mujer es un animal
que se dize hombre imperfecto
procreado en el defecto
del buen calor natural.

Claro que de tantos males, e pues les son naturales / quando  se demuestran tales, puede concluir el poeta su inculpabilidad. No vale que en la penúltima décima excluya de todos ellos a su dama y señora: a  la dama de aquesta mi vida (vos sois la que desfazéis / lo que contienen mis versos), y que en la última, llamada Fin, parezca atribuir implícitamente a los  varones, adelantándose a Sor Juana  Inés de la Cruz, todos los vicios que acaba de enumerar con de sobra razón drecha / fundada y muy prudente:

concluyo que de las damas
hay muchas de buenas famas,
e si algunas no lo son
será por vuestra ocasión
que urde las tales tramas.