“Las Hijas de Hanna”

 

           Acabo de leer, tras semanas de lectura lenta y reposada, la novela Las Hijas de Hanna, de la novelista sueca Marianne Fredrikson (1927). Traducida a más de veintisiete idiomas y con diez eddiciones en España, me ha acompañado durante este úlrtimo tiempo, y ya comienzo a sentir su vacío y sobre todo su nostalgia. Hannna, Johanna y Anna (abuela, hija y nieta con hijas) eran gente de mi casa y cada día volvía a hablar con ellas, a gozar con ellas y a sufrir con ellas: he ahí una buena novela, un buen escrito. Con ellas y con los demás personajes vivos de la obra: Rickard, Arne, Ragnar, Broman…

Tres generaciones suecas, en la frontera noruega, desde los tiempos del hambre hasta los de la prosperidasd social-demócrata, pasando por los de la guerra. Y el relato, sencillo y caudal, de los miembros de estas tres familias y de sus diversos avatares, ordinarios y extraordinarios  de vidas corrientes -¿qué corriente hay mayor que la de la vida?-, con una intensidad amable y contagiosa, que lleva al lector a sumarse con entusiasmo a esa realísima historia literaria.