La rendición de la patraña

 

Hasta aquí hemos llegáo. Después de haber visto ayer por la tarde que desde varios centros nerviosos del independentismo catalán, sea cual sea el motivo último de tales declaraciones, se reconoce, de una u otra forma, el fracaso del golpe; su falta de reconocimiento internacional; su carencia de apoyo popular; su debilidad organizativa; la fantasía engañosa de la mayoría de sus propuestas… Y, por otra parte, la calificación definitiva de tamaño fraude por parte del mundo de los no independentistas como timo, irresponsabilidad, órdago fallido, comedia mal urdida, circo demasiado largo, ridículo nacional e internacional… he puesto yo también fin a mi preocupación, tristeza, dolor, decepción, sufridos hasta hoy mismo. No sólo para no repetirme, sino sobre todo para  dedicarme a cosas menos sucias y más reales, no volveré a tocar este asunto hasta el día 22 de diciembre, día de la lotería.