Lo cierto es que, esta mañana, Alfonso Guerra, en la entrevista hecha por Carlos Alsina, en Onda Cero, se ha adelantado a muchas de nuestras opiniones y nos ha aligerado la tarea a muchos que escribimos cuadernos de bitácora. Por ejemplo, la mía. Ya no necesito elogiar la impecabildad, la oportunidad y la necesidad del discurso del rey. O reprochar al PSOE su deslealtad con la Nación y su máxima torpeza al presentar esa incalificable reprobacion a la vicepresidente del Gobierno y no a la señora presidente del Parlamento Catalán, Sra. Forcadell, o al major de los Mossos, Sr. Trapero. O rememorar las increibes cesiones de todos los Gobiernos españoles al nacionalismo catalán, incluido el voto positivo de Alfonso Guerra, entonces presidente de la Comisión Constitucional, a los (catorce) artículos del segundo Estatuto catalán (2006), anulados por el Tribunal Constitucional, después de haberse cepillado en las Cortes otros 118 artículos del mismo Estatuto. ¡Qué importante ha sido esa confesión, esa autocrítica, a pesar de llegar tan tardía..! Sólo quiero añadir mi repulsa al papelón jugado por la UGT y CC, OO. de Cataluña en el “paro de País”, de ayer, organizado por el Gobierno golpista y antiespañol de Cataluña. Pero ¿qué vamos a esperar de una UGT catalana, guiada por Camil Ros, ex presidente de las Juventudes de la independentista Esquerra Republicana de Catalunya, y ahijado del  anterior secretario del sindicato catalán, el asturiano Pepe Álvarez, devoto de Pujol y Artur Mas, y hoy secretario general (por el 51% de los votos) de la UGT de España? (¿O del “Estado”?)