El viaje de Francisco a Egipto (y II)

 

    Ante el presidente de la Repúbllca, Al-Sisi -autor del golpe de Estado contra los Hermanos Musulmanes que ganaron las elecciones en 1212-, y casi mil personalidades que le acompañaban, Francisco elogió varios capítulos de la historia de Egipto y llegó al punto del momento político actual, observado especialmente por los comentaristas y periodistas internacionales: El desarrollo, la prosperidad y la paz son bienes irrenunciables que merecen cualquier sacrificio, dijo solemnemente el papa. Lo que pareció un encomio del nuevo dictador y su golpe, algunas de cuyas recientes declaraciones contra la violencia y el extremismo  aniquilador en nombre de Dios fueron asimismo citadas elogiosamente por el pontífice. Aunque poco después, éste afirmara que la historia no perdona a todos los que proclaman la justicia  y practican la injusticia, ni perdona a los que hablan de igualdad y rechazan a los diferentes. De todos modos, tras la experiencia del régimen de los Hermanos Musulmanes del depuesto Mohamed Al-Mursi, sus amenazas y atentados, para los cristianos egipcios, de toda confesiòn y rito, el militar golpista y actual presidente, Al-Sisi, es un adalid de la estabilidad, y mejor tener seguridad con un dictador complaciente que inseguridad permanente con un musulmán extremo, por muy  elegido que esté por las urnas. Es una ley histórica, válida para cristianos y no cristianos. En el barrio cristiano de El Cairo, dentro del palacio patriarcal, fue recibido Francisco con un caluroso abrazo  por el papa copto (ortodoxo) Tawadros II (Teodoro II), 118º Patriarca de Alejandría y Patriarca de África en la sede de San Marcos,  teólogo ilustrado y ecuménico, pero también beligerante admirador del actual presidente. El año 2013, visitó Roma  e invitó al papa Francisco, quien ahora reiteró El Cairo el “ecumenismo de la sangre” y exaltó el testimonio de tantos mártires de la fe ortodoxa copta en los últimos tiempos. Juntos firmaron después la Declaración conjunta de doce puntos, que incluye la mutua aceptación del bautismo de las dos Iglesias. El papa copto, durante el encuentro fraternal, anunció la iniciativa de crear el Consejo Nacional de las Iglesias Cristianas  para mayor beneficio de toda la sociedad egipcia, iniciativa muy bien recibida por el ecuménico papa católico.