El obispo de París

 

          Mientras acompaño en espíritu al papa Francisco en su doloroso viaje por Chile y leo la ofensiva feroz contra uno de esos obispos chilenos, conocidos por Francisco y nombrados por él, acusado ahora nada menos que de encubridor, leo a la vez la buena noticia  del nuevo arzobispo de París. Sede prestigiosa, con pastores que dejana huella en la historia religiosa de la magna archidiócesis y de Francia entera, el sucesor dl cardenal Vingt-Trois (¡esto de ser sólo obispo y tener apellido de papa!), que acaba de jubilarse, es esta vez un prelado  que parece que ni pintáo para los tiempos que corren. Relativamente joven para tan alto honor, Michel Aupetit (Versalles, 1951), ejerció como médico durante más de una década en varias localidades populares al norte de la capital. Ingresó en el Seminario tras especializarse en Bioética, disciplina que impartiría en la Universidad de Creteil (1997-2006) y sobre la que ha escrito varias obras en torno al embrión, el final de la vida, la sexualidad o el transhumanismo. Ordenado a los 44 años, fue vicario en varias parroquias de la capital antes de ser nombrado párroco en el distrito 15º, para pasar a ser vicario general de la archidiócesis, obispo de Nanterre y auxiliar de París. Un detalle muy signficativo de la archidiócesis parisiense es que en las 106 parroquias de la grn urbe, trabajan junto a  más de 500 sacerdotes 285 laicos en estado de misión. Embrión de futuro.