El Estatuto de 2006

 

           Uno de los lugares comunes del independentismo catalán es que la supresión de 14 artículos del nuevo Estatuto de Catalunya (2006) por el Tribunal Constituciónal (2010) ha sido la causa inmediata del crecimiento de independentistas en Cataluña, que habría crecido desde el 20 por ciento al cuarenta y tantos por ciento. Y que el PP sería el primer culpable al haber recurrido el texto a ese Tribunal. Lo cierto es que, cuando la opinión pública no urgía precisamente la ampliación de títulos ni de competencias,  el nuevo presidente socialista Pasqual Maragall, que se había hecho con la molthonorabilidad de la Generalitat gracias al Gobierno de coalición con los independentistas de ERC, y que con la solemne promesa del nuevo presidente español, J.L. Rodríguez Zapatero de que aprobaría todo lo que viniera del Parlamento catalán, se puso a la tarea, soñando pasar a la inmortalidad y al mismo tiempo a la sempiternidad en el palacio de Sant Jaume. Los independentistas catalanes le aseguraban todo eso, ya que entre ellos y con la ayuda de su predecesor, el convergente Artur Mas, sucesor de Pujol, habían arrinconado y excluido para siempre al segundo partido español, el PP, por el llamado Pacto del Tinell. Pero el texto del nuevo Estatuto era tan anticonstitucional, que, al decir de Alfonso Guerra, presidente de la Comisión que lo debatió en las Cortes, lo cepillaron de lo lindo. jugó entonces su baza el convergente Artur Mas, jefe de la oposición en Cataluña y con el adolescente Zapatero pactó un nuevo texto, algo más moderado, pero también anticonstitucional, que los diputados del PSOE en las Cortes tuvieron dócilmente que tragar. Lo malo fue que ese segundo texto se llevó a referéndum del pueblo catalán antes que el TC lo dictamira. y el pueblo catalán, con ERC en contra, lo refrendó por sólo el 34% de los votos. Error del que nadie quiere hacerse ahora responsable. Natualmente, el arrinconado y excluido PP, en un campaña torpe y descabellada contra este segundo Estatuto, lo llevó al Tribunal, que lo dejó, cuatro aaños después,como queda dicho, sin 14 artículos y con muchas interpretaciones. El golpe era verdaderamente fuerte. Pero todos los responsables de estos lances, de uno u otro color, podrían decir con el poeta: Todos en él pusimos nuestras manos.