Cuando el mal es el malo

 

Leo, estos días, algunos artículos, pocos en verdad, que se acercan al enigma que es para muchos la actitud y la actuación del PSOE. Ningún enigma. Avezados desde su fundación en 1879, y aun desde la pre-fundación en 1863, a considerar, primeramente, el marxismo como la teología del progreso y del futuro, como la nueva religión del mundo contemporáneo, y, cuando no es el marxismo, la izquierda, y hasta el progresismo socializante; avezados, educados, obsesionados -excepto en tiempos de mayoría más que absoluta, cuando no hay ni siquiera adversarios- con que el Mal es el Malo (la derecha) que puede ganarle las elecciones y destruir la religión política de sus antepasados, ¿cómo demonios no se van a resistir, como gato panza arriba, a votar solemnemente, aunque sea indirectamente, un Gobierno del Mal? Sean comprensivos, señores. Es un cambio no sólo de programa y aun de doctrina. Es un cambio filosófico-teologico, trascendental, de cossmovisión, de ser o no ser. Un respeto.