Cita mundial en Oviedo

 

    He tenido también este año la suerte de seguir por TV toda la celebración de la entrega de premios Princesa de Asturias en Oviedo. Ya he escrito alguna vez que esa fiesta, por su  estricto contenido contenido humano y por la belleza de su desarrollo, es el acto cultural más importante en España y, seguramente, en el mundo. Desde luego, mucho más interesante que la entrega de los premios Nobel. Es el rato más grato que vivo cada año, de entre todos los placeres que da la vida cultural y humanista. No voy aqui a seleccionar los mejores de entre los mejores premiados, ni a repetir lo que dijo impecablemente de cada uno de ellos el rey de España, Vi o vi/oí con emoción, gratitud y admiración al artista W. Kenttridge; a los humoristas Les Luthiers; a los gestores culturales de la Hispanic Society of America;, a los deportistas de All Blacks; a la escritora e historiadora Karen Armstrong; al poeta Adam Zagajewski; a los científicos Weiss, Thorne y Drever, así como a los tres primeros. responsables de la Unión Europea, premios este año a la Concordia. Nunca fue tan europeista la entrega de premios Princesa de Asturias. Excelentes todos sus discursos. Al interés cultural-social de la celebración se unía este año el interés político-patriótico de la coincidencia con los días últimos de la pretendida secesión catalana, que intensificaron, y de qué manera, la viviscencia de la fiesta anual. Al final de su discurso, el rey Felipe VI añadió un resumen de su discurso fundamental de días anteriores, lo que hizo estallar en el teatro Campoamor una de las salvas más atronadoras de aplausos que yo he oído nunca. Esta celebración anual debiera llenar muchas horas o páginas de todos los medios informativos españoles y alcanzar la estima popular y ejemplar de lo mejor que podemos presentar a nuestra gente y al mundo. No tenemos nada parecido como referencia cultural, humanística y universal. Y todos debiéramos aprender, a nuestra medida y en nuestros microclimas a unir esas tres referencias en cada una de las organizaciones a las que pertenezcamos.