Católicos ante la bioética (y III)

 

     Subraya igualmente el doctor Garrido en su trabajo citado que la bioética nos ayuda a orientar una adecuada distribución de los recursos sanitarios para alcanzar la equidad. Por un lado, erradicando mecanismos más o menos conscientes que discriminan a los más frágiles  y vulnerables (ancianos, enfermos dependientes, personas solas, con alguna discapacidad…). Y, por otro, nos interroga sobre cómo introducir mecanismos correctores, incluida cierta discriminación positiva, que permitan a las personas con menos recursos enfrentarse a sus problemas de salud, especialmente en el ámbito de la Atención Primaria. Y trae el caso  del Real Decreto Ley 16/2012 sobre medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, que puso en pie a muchos profesionales ante la falta de cobertura sanitaria no urgente a personas sin medios para asegurarse su permanencia en territorio español, algunos de los cuales echaron de menos la voz crítica de la jerarquía católica, si bien Cáritas lo denunció sin paliativos. Plantea finalmente el experto bioético la conveniencia de que nos interroguemos sobre si es suficiente la movilización que ejercemos como ciudadanos y como cristianos en defensa de una mejor distribución de los recursos en general, y de los sanitarios en particular, para  hacer disminuir las desigualdades crecientes. Porque, sin un aumento claro de los recursos del área social, o sociosanitarios, no va a ser posible seguir atendiendo la creciente vulnerabilidad de las personas con las respuestas morales mínimas que una sociedad debe proporcionar a sus ciudadanos.