Villancico
La otra Navidad
Cuando el juvenil Víctor Manuel Arbeloa de 1958 me leía los primeros poemas de Dios es hombre para siempre: Cantos y llantos de Navidad, haciendo una pausa lírica en la ardidez de nuestras horas estudiantiles, ni él ni yo sabíamos que aquellos villancicos y la larga e incontenible serie de los que estaban por nacer habrían de dar la vuelta a España e Hispanoamérica en libros y papeles multicopiados, habrían de figurar en antologías e incluso en los repertorios de varios cantantes pop.
Recuerdo el inicial "Romance de la expectación del parto", su lenta e iluminada gestación, la gracia y la novedad de sus sorpresas, que no excluían alguna ligera reminiscencia lorquiana...
(Prólogo de Jesús Mauleón)
La otra NavidadLa Navidad en la poesía navarra de hoy
El villancico pasa por ser la manifestación más sencilla de la lírica castellana. Consta de uno, dos, tres, o cuatro versos como estrofa inicial, que se glosa en estrofas sucesivas, repetiéndose a veces toda la estrofa inicial al final de cada una de las glosas, y a veces sólo un verso del villancico. Esta composición primitiva es la "forma más arcaica de la glosa", al decir de don Ramón Menéndez Pidal. Arranca de "zéjel" o "estribote", el tipo estófico característico de la lírica castellana, frente a la estrofa paralelística de la lírica gallega.
La Navidad en la poesía navarra de hoy